(extracto de El Lado Oscuro de la Econometria)
Por Walter Sosa Escudero
Fue inevitable que alguien intentase esto. En último mundial de Brasil Argentina jugó su primera final en más de veinte años. Y con el espíritu patriotero a flor de piel todos nos subimos al tren de la alegría y erigimos como héroe a Javier Mascherano, representante de la auténtica estirpe criolla, esa que parece privilegiar el esfuerzo por sobre cualquier talento y resultado, como para enrostrárselo al mundo si salíamos campeones, o tener una excusa autocomplaciente si perdíamos, como quien da ventaja para seguir siendo soberbio en la derrota, como decía Alejandro Dolina.
En el fragor de la victoria Mascherano fue ungido como una suerte de Chuck Norris telúrico, capaz de las hazañas más y disparatadas. Y así imaginamos a nuestro héroe enfrentando desafíos econométricos dignos de un Superman de la disciplina. Y despues vino la derrota y la kriptonita, y habiendo pasado la resaca solo quedaron algunas chanzas que no fuimos capaces de borrar a tiempo.
He aquí entonces un vestigio de carnaval econométrico. Advierto que acá hay mucho código. Quien no entienda, pregunte por ahí. Porque peor que contar chistes malos es explicarlos.
Y si. La alegria no es solo brasilera.
Por Walter Sosa Escudero
Fue inevitable que alguien intentase esto. En último mundial de Brasil Argentina jugó su primera final en más de veinte años. Y con el espíritu patriotero a flor de piel todos nos subimos al tren de la alegría y erigimos como héroe a Javier Mascherano, representante de la auténtica estirpe criolla, esa que parece privilegiar el esfuerzo por sobre cualquier talento y resultado, como para enrostrárselo al mundo si salíamos campeones, o tener una excusa autocomplaciente si perdíamos, como quien da ventaja para seguir siendo soberbio en la derrota, como decía Alejandro Dolina.
En el fragor de la victoria Mascherano fue ungido como una suerte de Chuck Norris telúrico, capaz de las hazañas más y disparatadas. Y así imaginamos a nuestro héroe enfrentando desafíos econométricos dignos de un Superman de la disciplina. Y despues vino la derrota y la kriptonita, y habiendo pasado la resaca solo quedaron algunas chanzas que no fuimos capaces de borrar a tiempo.
He aquí entonces un vestigio de carnaval econométrico. Advierto que acá hay mucho código. Quien no entienda, pregunte por ahí. Porque peor que contar chistes malos es explicarlos.
- El R2 ajustado de Mascherano es siempre igual a uno. Es más, él lo pone donde quiere. Y siempre quiere uno.
- Mascherano computó el valor esperado de una variable aleatoria con distribución de Cauchy.
- Xavier Sala-i-Martin corrió 2 000 000 de regresiones. Mascherano corrió una. Y fue suficiente.
- Mascherano no estudia estadística. La estadística lo estudia a él.
- Mascherano puede poner J variables binarias y un intercepto.
- Mascherano no corre regresiones. Las regresiones corren cuando lo ven a él.
- Mascherano puede implementar el boostrap con una sola iteración.
- Mascherano puede estimar kernels multivariados con cualquier cantidad de observaciones. Él es la maldición de la dimensionalidad.
- Las regresiones por cuantiles de Mascherano no son paralelas y no se cruzan en ningún punto.
- Mascherano no necesita hacer regularización. Él decide qué variables van al modelo y cuáles no.
- Mascherano puede hacer que el error de tipo I y II sean ambos iguales a cero.
- Mascherano puede identificar la varianza de un modelo lineal latente con un probit.
- Mascherano puede clusterizar errores estándar con un grupo solo.
- Mascherano no cree en los efectos aleatorios. Él los fija donde se le canta.
- Mascherano conoce el proceso generador de datos.
- Mascherano no necesita GMM. Con el metodo de momentos le alcanza y sobra.
- Mascherano es el dueño de la “M” de los M-estimadores.
- Las predicciones de los modelos lineales de probabilidad de Mascherano siempre estan entre 0 y 1. Tienen pánico de escaparse de ese rango.
- Las matrices de proyecciones ortogonales de Mascherano no son idempotentes. Son simplemente impotentes.
- Mascherano puede correr commandos de Stata en R.
Y si. La alegria no es solo brasilera.